Rubeola

  • Rubella virus

Rubéola

El virus de la rubéola (Rubivirus rubellae) es un virus ARN monocatenario perteneciente a la familia Matonaviridae. Es el agente causal de la rubéola, una enfermedad vírica contagiosa que afecta principalmente a niños y adultos jóvenes. Aunque generalmente es leve o asintomática, la infección durante el embarazo representa un riesgo grave, especialmente en el primer trimestre, pudiendo causar aborto espontáneo, muerte fetal o malformaciones congénitas conocidas como síndrome de rubéola congénita (SRC).

Características clínicas:

Tras un periodo de incubación de 14 a 21 días, los síntomas incluyen fiebre baja, exantema, conjuntivitis, inflamación ganglionar y, en adultos, dolores articulares. El exantema, característico, comienza típicamente en la cara y el cuello, y se extiende al tronco y extremidades. Tiene una duración de entre 1 y 3 días, y suele acompañarse de síntomas generales leves.

El signo más distintivo es la inflamación de los ganglios linfáticos detrás de las orejas y en el cuello. En adultos, sobre todo mujeres, puede aparecer artritis o dolor articular, que dura entre 3 y 10 días. Hasta un 50% de los casos pueden cursar de forma asintomática.

Transmisión:

La rubéola se transmite por gotículas respiratorias emitidas al toser o estornudar. Es altamente contagiosa, especialmente en entornos escolares o familiares. El período de mayor contagiosidad abarca una semana antes y hasta una semana después de la aparición del exantema.

La infección en una embarazada, sobre todo en el primer trimestre, conlleva un riesgo de hasta el 90% de transmisión al feto, pudiendo causar el síndrome de rubéola congénita (SRC). Los lactantes con SRC pueden excretar el virus durante un año o más, siendo una fuente de contagio.

Diagnóstico:

El diagnóstico se basa en la clínica y en el contexto epidemiológico, y se confirma mediante pruebas serológicas (IgM e IgG) o detección por PCR. En mujeres embarazadas, la confirmación diagnóstica es prioritaria por el riesgo fetal.

Tratamiento:

No existe un tratamiento antiviral específico. El manejo es sintomático e incluye reposo, hidratación y control de la fiebre o el malestar. La mayoría de los casos son autolimitados, con recuperación completa en pocos días.

Prevención:

La vacunación con la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola – MMR) es la principal estrategia preventiva. Es segura, eficaz y forma parte del calendario vacunal infantil. Garantizar la inmunización de mujeres en edad fértil es clave para prevenir el SRC.

Otras medidas preventivas incluyen:

  • Aislamiento de personas infectadas durante el período de contagio
  • Vigilancia y control de brotes
  • Campañas de salud pública para aumentar la cobertura vacunal