Lactobacillus
Lactobacillus es un género de bacterias Grampositivas, no esporuladas, baciliformes y aerotolerantes, que forman parte de la microbiota normal humana, especialmente en el tracto gastrointestinal, genital y urinario. Su principal función es la producción de ácido láctico a partir de azúcares, lo que contribuye a la acidificación del medio y a la inhibición del crecimiento de patógenos. Muchas especies, como L. plantarum o L. bulgaricus, son utilizadas industrialmente en la producción de yogur, quesos y otros productos fermentados.
Aunque generalmente son consideradas bacterias beneficiosas, los Lactobacillus pueden comportarse como patógenos oportunistas en pacientes inmunocomprometidos o con enfermedades crónicas, causando infecciones como:
- Endocarditis infecciosa: asociada especialmente a L. acidophilus en personas con enfermedad cardíaca estructural previa o prótesis valvulares.
- Bacteriemia: puede estar relacionada con procedimientos invasivos, nutrición parenteral o uso prolongado de antibióticos.
- Infecciones urinarias: aunque habitualmente protegen el epitelio vaginal, en algunos casos pueden alterar el equilibrio microbiano, especialmente en mujeres posmenopáusicas.
- Vaginosis citolítica: caracterizada por una proliferación excesiva de Lactobacillus, acompañada de prurito vaginal, flujo espeso y molestias locales.
Diagnóstico:
El diagnóstico se basa en el aislamiento de Lactobacillus en cultivos estériles (sangre, orina o tejido) junto con síntomas clínicos compatibles. En infecciones como endocarditis, puede ser necesario el uso de ecocardiografía y hemocultivos repetidos. La identificación a nivel de especie y las pruebas de sensibilidad antimicrobiana son esenciales para guiar el tratamiento.
Tratamiento:
El tratamiento varía según la localización de la infección y la especie implicada. En general, los Lactobacillus presentan sensibilidad variable a los antibióticos, por lo que se recomienda:
- Antibioterapia dirigida (penicilina, ampicilina o vancomicina en combinación con aminoglucósidos en casos graves).
- Cirugía en casos de endocarditis complicada o presencia de abscesos.
- Suspensión de probióticos si el paciente los consume.
- Prevención en pacientes de riesgo, especialmente en contextos de inmunosupresión o uso de dispositivos médicos.