Mycoplasma hominis
Características generales:
Mycoplasma hominis es una bacteria sin pared celular, lo que la hace resistente a antibióticos que actúan sobre esa estructura, como la penicilina. Es uno de los organismos vivos más pequeños conocidos y tiene la capacidad de penetrar células humanas. En medios de cultivo con glucosa, forma colonias características con aspecto de “huevo frito”.
Sitios de infección y patogenicidad:
Se localiza principalmente en la orofaringe y el tracto genitourinario, tanto en humanos como en primates no humanos. Su papel patológico es claro en ciertas enfermedades y menos comprendido en otras.
- En mujeres: vaginosis bacteriana, enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), endometritis, fiebre posparto, embarazo ectópico, abortos espontáneos y partos prematuros por infección placentaria.
- En hombres: asociado a ciertos casos de infertilidad masculina.
- En neonatos: conjuntivitis, neumonía congénita, meningitis, fiebre, abscesos y dificultad respiratoria.
- En adultos inmunodeprimidos: faringitis, sepsis, infecciones pulmonares, infecciones del sistema nervioso central, infecciones articulares y de heridas quirúrgicas.
Diagnóstico:
El diagnóstico requiere técnicas moleculares como PCR o secuenciación de ADN, ya que los cultivos estándar suelen fallar. Las infecciones sistémicas por M. hominis se detectan cada vez más gracias a estas técnicas.
Tratamiento:
No es sensible a antibióticos que actúan sobre la pared celular como penicilina. Las tetraciclinas (como doxiciclina) han sido históricamente eficaces. Se han observado resistencias a ciprofloxacino (18%), azitromicina (61%) y minociclina (6%). En casos graves o pacientes inmunodeprimidos, se recomienda terapia combinada, aunque aún no existen guías clínicas estandarizadas.